Las variedades arábica y robusta son las primeras que se nos vienen a la cabeza cuando se trata de diferenciar entre tipologías de café. Sin embargo, resulta esencial saber diferenciarlas, ya que de ello dependerá el éxito de tu negocio.
Café arábica
El café arábica es uno de los más vendidos del mundo. Igual que el resto de granos de café, proviene del árbol del cafeto, una planta que pertenece a la familia de las Rubiaceae y que cuenta con alrededor de 90 especies diferentes. Es un tipo de café altamente sensible al calor y a la humedad, y que necesita mucha atención a la hora de cultivarlo. Sin embargo, cuando se consigue hacer bien el procedimiento de producción del café, se obtienen unos granos de café de una calidad suprema.
Este tipo de café, además, se caracteriza por sus aromas y sabores. Es de tipo suave con ligeros toques afrutados, que aportan una ligera acidez. Todos estos factores dependen lógicamente de otros procesos involucrados en la preparación del café como la cantidad de agua.
Café robusta
Otro café muy cultivado y con gran éxito es el que se conoce como robusta. Este tiene sus orígenes en la República del Congo y presenta una semilla más resistente que la anterior. En este caso, el café es más bien amargo y se combina con matices de madera y frutos secos. Es un café idóneo para preparar expresos. Este tipo de café posee entre 1.6 y 2.8% de cafeína, siendo un grado mayor que la variedad arábica.
Este café destaca por cultivarse en altitudes más bajas y lo podemos encontrar en casi todos los bosques de la zona tropical africana.
Principales diferencias entre café arábica y robusta
Además de los factores previamente mencionados, ambos tipos de café se diferencian por otros aspectos. En primer lugar, el café arábica representa el 56% de la producción mundial, mientras que el café robusta el 43%. Además, el café robusta es más barato y es el que más se ha empleado de forma masiva en la industria del café. Y es que aunque se trate de una variedad que no tiene los mismos sabores y matices que el café arábica, consigue reducir los costes de producción.
Cómo diferenciar el café arábica y robusta
Ambas tipologías de café presentan diferentes matices que nos ayudan a diferenciarlos de forma fácil, como los que veremos a continuación:
- Antes de ser tostados, los granos de café arábica presentan una tonalidad verdosa. En cambio, los granos de café arábica son más bien pálidos.
- Otra diferencia la podemos encontrar en su forma. Mientras que los granos de café arábica son planos y alargados, los de robusta presentan formas más convexas.
- A grandes rasgos, los granos de café arábica son más grandes que los de robusta.
Si no somos capaces de diferenciarlos mediante la forma o el color, también podemos hacerlo por su sabor.
- Café arábica: tienen sabores frutales, con un gusto dulce de toque ácido y en ocasiones nos recuerdan al caramelo o al chocolate.
- Café robusta: los sabores tienden a ser mucho más amargos, con sabor a frutos secos y madera, recordándonos incluso al sabor de al tierra y la patata.